sábado, 27 de octubre de 2012

Inauguración en Berlín del monumento a las Víctimas Romaníes de los nazis



Foto del monumento inaugurado en Berlín 
en memoria de las Víctimas Romaníes del Porrajmos

© Getty Images

En esta ocasión he creído oportuno reseñar un hecho que ha tenido lugar en la capital alemana durante el transcurso de esta semana, hecho simbólico, pero de enorme importancia para todos aquellos que sufrieron el Porrajmos y para tantos otros que han luchado y luchan cada día porque aquel sufrimiento no quede sumido en el olvido.

El pasado miércoles 24 de octubre de 2012 se inauguró en Berlín el monumento en memoria de las Víctimas Romaníes del Porrajmos. La ceremonia estuvo presidida por la Canciller alemana Angela Merkel, acompañada del Presidente Joachim Gauck, del presidente del Bundestag Norbert Lammert y del presidente del Consejo Central de los Sinti y Romá alemanes, Romani Rose y de unos cientos de sobrevivientes y descendientes Romaníes del genocidio nazi.


Entrada al Memorial
© AFP

Veinte años después de que comenzase a gestarse este proyecto, al fin, el pueblo alemán recuerda a  aquellos que tanto han sufrido y que tan en silencio ha permanecido su sufrimiento. Como apuntó en su discurso el sobreviviente Romaní Zoni Weisz, “por desgracia la sociedad no ha aprendido nada o casi nada. Ahora tenemos que hacer frente a otro tipo de racismo"

Gracias a personas como Romani Rose y tantos otros, muchos de ellos ya no están entre nosotros, que desde su valentía, a pesar de los numerosos obstáculos sorteados en el camino, trabajando día a día, codo con codo, por mantener vivo el recuerdo de nuestros Romaníes, aquellos  que se nos fueron en tan dramática tragedia gestada por los nazis contra el pueblo Romaní. Lejos queda aquel 1980, cuando aquel grupo de Gitanos alzó su voz al mundo y gritó ¡Basta ya de silencio!, dando inicio a una huelga de hambre en el campo de concentración de Dachau, su objetivo, que se reconociera el hecho de que los Romaníes también fueron víctimas de los nazis. Lejos queda 1982, cuando el entonces Canciller alemán Helmudt Schmidt recibió a una delegación de los Romaníes alemanes.

La creación en 1990 del Dokumentations und Kulturzentrum Deutscher Sinti und Roma en Heidelberg resultó un hecho decisivo para que la voz de los Romaníes fuese escuchada tras tantos años de olvido y silencio.


Romaní Rose, durante la celebración del acto declaró a la Agencia Francesa de Prensa"La inauguración del memorial envía un importante mensaje a la sociedad de que el antigitanismo es un sentimiento tan inaceptable como el antisemitismo”


La Canciller alemana, Romani Rose, y el sobreviviente Romaní
Reinhard Florian, en la inauguración del monumento
en recuerdo de la víctimas Romaníes.
© EFE

Veinte años esperando este momento, veinte largos años llenos de polémicas, veinte años repletos de disputas sobre el diseño del monumento y alrededor de su coste, que el miércoles 24 de octubre quedaron olvidados con la inauguración del memorial.

Se guardaron dos minutos de silencio en recuerdo de las víctimas.

La Canciller alemana presidió el acto y en su discurso transmitió el siguiente mensaje:

"El destino de cada una de las víctimas es motivo de vergüenza y al mismo tiempo una advertencia para el presente. Este genocidio ha dejado profundas huellas y aún tiene profundas heridas. Este memorial incluye una promesa de protección de las minorías”

Merkel concluyó citando el artículo 1 de la Ley Fundamental alemana: “La dignidad de la persona es inviolable”.


El monumento es obra del artista de origen Judío Dani Karavan. Se encuentra ubicado en el parque Tiergarten, cerca del Reichstag, el edificio del parlamento alemán y cercano también a la Puerta de Brandenburgo.  Es el tercero que se construye en el barrio de gobierno de Berlín. Los otros dos están dedicados a los judíos y a los homosexuales muertos a manos de los nazis. La obra en si es un estanque de aguas oscuras de doce metros de diámetro, con fondo de granito y con forma circular, con una profundidad más marcada en el centro, en el que en hay un triángulo, símbolo éste del sufrimiento Romaní en los campos nazis, sobre el que cada día se depositará una flor fresca, la encargada de depositar la flor durante el acto fue la niña Romaní, Messina Weiss, tataranieta de un sobreviviente del Porrajmos.

Triángulo en el centro del estanque con la flor, al fondo
los verdaderos monumentos, los sobrevivientes y sus descendientes.

© Getty Images

En el borde del estanque, rodeándolo está grabado en inglés y alemán, el poema "Auschwitz" del poeta italiano Romaní, Santino Spinelli: “Rostros hundidos / ojos extinguidos / labios fríos / silencio / un corazón destrozado /sin respiración / sin palabras / sin lágrimas”. Este poema describe el sufrimiento indecible de las víctimas del Porrajmos. Rodeando el estanque una superficie empedrada con los nombres de los campos de concentración donde estuvieron recluidos los Romaníes.


Auschwitz

© Süddeutsche Zeitung



Treblinka

© dpa/Michael Kappeler


A la entrada del memorial, se expone en paneles una cronología de la campaña exterminadora nazi hacia los Romaníes.

Quiero acabar con unas palabras del sobreviviente Romaní Zoni Weisz: “Este monumento debe ser sólo el comienzo”

domingo, 21 de octubre de 2012

Antoine Lagrene


Antoine Lagrene

© La Voix du Nord

“Soy Gitano, un Gitano francés”, así le gusta comenzar al señor Antoine Lagrene, sus conferencias en las escuelas e institutos cuando acude a relatar los terribles episodios vividos por él y su familia en su infancia durante el Porrajmos, todo por el mero hecho de haber nacido Romaní.



Antoine Lagrene dando testimonio de su vida a unos estudiantes de francés de la escuela Gymnasium Buttelstedt/Mellingen

© Amtsblatt - Vgem. Berlstedt/Vgem. Buttelstedt/Mellingen


Antoine Lagrene nació 13 de enero 1931 en Frankfurt am Main, Alemania, en el seno de una familia Gitana de músicos, tejedores y trabajadores de temporada.

Cuando Hitler llegó al poder, vislumbrando el peligro que se cernía sobre ellos, la familia se trasladó a vivir a Francia, concretamente a Pont-de-la-Deûle (ciudad de Flers-en-Escrebieux).

En el país galo la persecución a los Romaníes comenzó tiempo antes de la ocupación alemana. A partir de los meses de septiembre y octubre de 1939, se prohíbe el movimiento de los nómadas en varios departamentos, llegándose incluso a expulsarlos en el departamento de  Indre-et-Loire. El 6 de abril de 1940, un decreto prohíbe la circulación de las personas nómadas en el interior de las áreas metropolitanas mientras dure la guerra. Al igual que durante la primera guerra mundial, los Gitanos son acusados, sin ningún fundamento, de espionaje.

El Ministerio del Interior da la orden de que se proceda al arresto domiciliario de todos aquellos que lleven una vida nómada a las afueras de las ciudades, pero siempre en un lugar cercano a una gendarmería. Pero la invasión alemana trastoca los planes y éste hecho no permite la aplicación del decreto en todos los departamentos.

Los Gitanos de Alsacia y Lorena son las primeras víctimas de los ocupantes nazis, al expulsarlos éstos en julio de 1940 a la zona libre, donde poco a poco serán internados en los campos de Argeles-sur-Mer, Rivesaltes y Barcarès. En noviembre de 1942 se  utilizan los campos de Saliers (Bouches-du-Rhône) especialmente creados por el gobierno de Vichy para el internamiento de los Gitanos.

En la zona ocupada, una orden alemana del 4 de octubre 1940 requiere la instalación de campos de internamiento administrados y supervisados por las autoridades francesas. En cada departamento, los prefectos piden a la policía identificar y agrupar los nómadas y a que se ejerza sobre ellos una vigilancia constante. La mayoría de las familias son entonces internadas. En un principio, internaron a los Romaníes de las zonas ocupadas, en lugares de lo más heterogéneo: una cantera en desuso, un antiguo castillo o en viejos cines.

Una orden alemana del 22 de noviembre 1940 prohibió el ejercicio de profesiones itinerantes en veintiún departamentos del oeste de Francia. Se producen nuevos arrestos de personas nómadas y feriantes, a los que los alemanes identifican como Gitanos.

En noviembre de 1941, los alemanes decidieron reorganizar los Campos de Internamiento para Nómadas - nombre oficial - para reducir los costes y aliviar de este modo la escasez de personal de vigilancia. Los internados son trasladados a campos ubicados en la región.

Algunos obtienen la liberación, mientras que otros son de nuevo conducidos a otros campos de detención. El internamiento o la liberación dependían de la voluntad de las autoridades francesas o alemanas. No existía una política general, las decisiones dependían en muchas ocasiones del azar.

Los internados adultos son obligados a trabajar para las empresas francesas en la Francia de Vichy, o en la parte alemana en la organización Todt o para el Servicio de Trabajo Obligatorio. En los casos más extremos, los niños fueron separados de sus padres y madres y entregados a la Asistencia Pública o las instituciones religiosas para así sacarlos definitivamente de un entorno considerado dañino.

Prosigamos con la historia de nuestro protagonista. El 23 de noviembre de 1943, la Feldsgendarmerie rodeó el lugar donde vivían varias familias gitanas en Pont-de-la-Deûle. Detuvieron a Antoine junto a otras 15 personas, incluyendo entre ellas a su madre embarazada, posteriormente daría a luz en Auschwitz, los trasladaron a la prisión Loos. Luego los condujeron a Malinas en Bélgica, lugar en el que los reunieron con otros deportados raciales procedentes éstos en su mayoría del norte de Francia y Bélgica (poblaciones cercanas a Bruselas).

En enero de 1944, Antoine formó parte del convoy Z (Zigeuner). Él era uno más de las 351 personas de aquel transporte organizado por los nazis, que se dirigió al campo polaco de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. Viajaban hacinadas 50 personas por vagón. El viaje duró tres o cuatro días según el testimonio de los supervivientes de aquel viaje infernal. En Birkenau Antoine se convirtió en el prisionero Z-9130. Antoine Lagrene, tenía entonces 14 años, quedó registrado como Anton Legrane. En el campo polaco presenció la muerte de su padre, hermanos, hermanas y tías.

Fue transferido desde Auschwitz al campo de concentración de Buchenwald a primeros de agosto de 1944, poco tiempo antes de que se produjera la liquidación del Campo para Familias Gitanas de Birkenau, en la que ha pasado a la Historia como “Zigeunernacht”, La noche de los Gitanos.

Cuando fue liberado en Buchenwald el 11 de abril de 1945 por tropas del Ejército americano, Antoine no pesaba más de 30 kilos. Los soldados de una división del Tercer Ejército estadounidense encontraron a más de veinte mil personas debilitadas en extremo, enfermas… en el interior de ese campo de concentración.

Junto a su madre y un familiar, fueron los únicos, de los quince miembros de la familia Lagrene que vivían antes de su deportación en Pont-de-la-Deûlelos que consiguieron sobrevivir al Porrajmos.


Los tres supervivientes de la familia Lagrene se mudaron a Lille. La historiadora local Monique Heddebaut, rescató del olvido la historia de las familias Gitanas locales, su terrible destino y su tragedia.

Persécutions raciales dans le Douaisis, pendant la Seconde
Guerre Mondiale Juifs et Tsiganes por Monique Heddebaut.

© Revue d’etudes Juives du Nord
La ciudad de Flers-en-Escrebieux grabó en su memoria, los nombres de los miembros de la familia Lagrene, cuyo viaje se detuvo de manera dramática en Auschwitz-Birkenau. El Alcalde del municipio nombró a Antoine Lagrene hijo predilecto de la localidad.

Antoine Lagrene fotografiado poco antes de ser nombrado hijo
predilecto de la localidad por el alcalde de Flers-en-Escrebieux.

© La Voix du Nord

Antoine Lagrene, no se ha olvidado nunca de lo que vivió cuando no era nada más que un niño, gusta de acudir a los colegios a transmitir su experiencia a los más jóvenes, muy orgulloso de su origen Romaní. Se complace de haber visto crecer a tres bisnietos.

Fuentes :
- Persécutions raciales dans le Douaisis, pendant la Seconde Guerre mondiale Juifs et Tsiganes por Monique Heddebaut. TSAFON Revue d’etudes juives du Nord nº 4hors serie (2008). Deuxième partie La persécution des Tsiganes dans l’arrondissement de Douai IV.1. La famille Lagrené
- Les Tsiganes pendant la Seconde Guerre mondiale, 1939-1946. Marie-Christine Hubert.
- Une inscription en mémoire de la famille Lagrené. La voix du Nord, 8 de mayo de 2012
- Dossier de presse : Concours national de la résistance et de la déportation: remise des prix aux lauréats départementaux. Préfecture du Nord Service régional de la communication interministérielle. Página 4
- Amtsblatt - Vgem. Berlstedt / Vgem. Buttelstedt - 1 - 07. Ausgabe, 02. Juli 2012

sábado, 13 de octubre de 2012

Berta Weiss


Foto de Berta Weiss cuando contaba
aproximadamente 17 años de edad.

© Mitglied Multimania


Berta Weiss (Bluma) fue una mujer Sinti nacida en 1923 en Willebadessen. En 1933 se trasladó con su familia a vivir a Hannover.

Cuando no era nada más que una muchacha, concretamente en 1942, fue internada junto a su familia y muchos otros Romaníes en el campo de confinamiento de Gitanos ubicado en Altwarmbüchener Moor. En ese lugar los nazis los obligaron a malvivir en dramáticas condiciones. Tratados de manera inhumana, quedaron alojados en viejos vagones de ferrocarril. El campo no contaba con las instalaciones adecuadas para alojar en su interior a personas, sin el menor saneamiento, ni electricidad, ni calefacción para soportar la crudeza del invierno..

En la noche del 1 de abril de 1943 la policía nazi rodeó el campo de Altwarmbüchener Moor. El objetivo cerrar el campo y deportar a los allí internados. Las familias Romaníes que allí se hallaban fueron obligados a subir a los camiones. Los condujeron hasta la estación Fischhof desde donde los transportaron al "Campo para Familias Gitanas" de Auschwitz-Birkenau en Polonia.

Berta Weiss se libró de ser deportada al terrible campo polaco. Durante los años que duró la guerra fue pasando por un sin fin de centros de trabajo forzado. Todo ese tiempo lo recuerda llena de miedo: miedo a que la deportaran a Auschwitz, miedo por saber la suerte que habían corrido sus padres, hermanos, parientes y amistades. Y siempre, siempre pánico a la Gestapo. Berta Weiss trabajó, entre otros lugares, en el puerto de Brinker y en la Akku-Werken (hoy Varta).

Berta Weiss formaba parte de una familia Sinti de unas 40 personas, muchos de sus parientes murieron en Auschwitz.

Tras la guerra, Berta Weiss, siguió viviendo en Hannover y se convirtió en una activista por la defensa de los derechos de su pueblo, perteneció a la Asociación de Sinti alemanes de Hannover. Participó dando múltiples conferencias en escuelas e institutos de la Baja Sajonia, en las que narraba su experiencia y el destino de los Romaníes en los años del Porrajmos. Formó parte de la campaña llevada a cabo por colectivos Romaníes para la creación de memoriales que recordaran el sufrimiento de los Romaníes en la II Guerra Mundial. Contó su experiencia en el video-documental Die Geschichte einer mutigen Frau! (¡Historia de una mujer valiente!) realizado en 1986 por Heidi Dettinger yAntje Intemann.

Berta Weiss murió en mayo del año 2000.

Cerca de la Facultad de Horticultura en Ahlem, en agosto de 2010 se aceptó la propuesta para que una de las calles cercanas al edificio universitario recibiera, desde ese momento, el nombre de Berta Weiss Weg. Las autoridades locales de Ahlem-Badenstedt-Davenstedt habían tomado la decisión, de aceptar la solicitud conjunta presentada por el SPD, CDU, los Verdes, FDP y grupos de izquierda de la ciudad, de dar el nombre a una calle cerca del lugar donde se asentara en su día la antigua escuela judía de horticultura, con el objetivo de recordar no solamente la historia judía, sino también el destino que corrieron los Sinti y Romá durante la época nazi. Los políticos locales estaban respondiendo a una petición de la Asociación para la Historia y la Vida de los Gitanos de la Baja Sajonia.


Berta Weiss dedicó su vida en la Alemania de la posguerra al, a menudo olvidado crimen, que se había cometido contra los Gitanos durante la época nazi, con el objetivo de crear conciencia y contrarrestar pasar por alto que estas víctimas del régimen totalitario nacionalsocialista quedaran en el olvido. Después de la muerte de Berta Weiss, su hija Ramona Richter ha tomado el testigo dejado por su madre, en el trabajo de dar testimonio del Porrajmos.


Ramona Richter, hija de Berta Weiss

© Niedersächsischer Verband Deutscher Sinti e.V.

Uno de estos proyectos, la Cooperativa Integral escolar Hemmingen -Proyecto Sinti (KGS Hemmingen) es llevado a cabo por escolares de distintas edades de la Baja Sajonia y que cuenta también con la participación de la comunidad educativa vinculada principalmente a las asignaturas de Historia y Religión.



Escolares trabajando en el proyecto Sinti KGS Hemmingen

© Medienzentrum der Region Hannover

Fuentes:
- Artículo “Ein Weg soll an Berta Weiß erinnern” de Margret Jans-Lottmann aparecido en el Hannoversche Allgemeine Zeitung con fecha 26 de agosto de 2010.
- Medienzentrum der Regio Hannover. Kooperative Gesamtschule Hemmingen – Sinti Projekte

- Tsiganologische Mitteilungen. 15 de diciembre de 2010. Edición 11. Rüdiger Benninghaus: Nach Zigeunern benannte Strassen und Plätze. Página 14.

viernes, 5 de octubre de 2012

Koloman Baranyai


Koloman Baranyai en 1968
© Asociación Roma Service

Koloman Baranyai nació el 31 de marzo de 1941 en Katzelsdorf (distrito de Mistelbach en la Baja Austria). Su familia pertenecía a la comunidad Romá. Gracias a la manera de ser de su padre, éste se relacionaba asiduamente con personas no Romaníes, para quienes tocaba su música y realizaba todo tipo de trabajos.

Con la llegada de los nazis a Austria y la presión que éstos comenzaron a ejercer sobre la población Romaní austriaca, sus padres tomaron la decisión, por otro lado bastante dolorosa, de salir del país. Así fue como llegaron a Hungría, allí permanecieron durante bastante tiempo, vivían escondidos en los bosques, su padre cada tarde bajaba al pueblo, visitaba a los comerciantes de la localidad, de los que poco a poco fue ganándose su confianza. Los dueños de los comercios le abrían las puertas traseras de sus casas y le permitían la entrada. Una vez en el interior el padre de Koloman compraba las cosas necesarias para subsistir y de este modo la familia tenía algo con lo que alimentarse. El pequeño Baranyai recordaba que los húngaros le dijeron a su padre:

- ¡Julo, ten cuidado! Hoy han comenzado a llevarse a los Romá. ¡Lo más seguro para tu familia es que escapéis!

Así que de nuevo en camino, en esta ocasión a Checoslovaquia. Allí vivieron también durante largo tiempo, otra vez escondidos en el bosque. Koloman y su familia, a pesar de estar constantemente huyendo, se sentían unos Romaníes con suerte, porque los nazis nunca los llegaron a detener, puesto que muchas personas al igual que ellos, intentaron huir, pero los SS capturaron a la mayoría y los deportaron a los campos de concentración.

Siempre tuvieron con lo que alimentarse. La mayor preocupación de su padre fue la de asegurarse cada día encontrar algo con lo que alimentar a toda la familia y todo ello a pesar de la gran carencia de alimentos que había, si en alguna ocasión no encontraba comida, se marchaba bosque adentro para cazar conejos, o un ciervo o el animal que se le pusiera por delante, lo mataba y así conseguían alimentarse durante varios días.

Los Gadsche (personas no Romaníes) sabían que los Baranyai eran Romá, pero nunca los delataron ni los traicionaron porque sentían gran admiración hacia su padre. Su progenitor nunca les dijo: “no, yo no puedo ayudarte” siempre estaba dispuesto a echar una mano en todo lo que hiciese falta. Esa fue la principal razón por la que ellos cada día estaban dispuestos a darle algo de comida, en ocasiones los Gadsche también le ofrecieron dinero pero él siempre les dijo que no, que no era dinero lo que necesitaban, él prefería que le dieran alimentos.

El abuelo de Koloman, padre de su madre, no pudo soportar tanto sufrimiento y murió de preocupación. Su abuela fue enviada a un campo de concentración, pero Koloman no sabe a que campo fue enviada, sólo sabe que murió asesinada en un de tantos campos en que los nazis encerraron a los Romaníes. Después de la guerra, la única información que recibieron fue que ella había muerto asesinada en un campo. Su tío Albert, el hermano de su madre, fue enviado a Auschwitz y allí murió asesinado por los nazis junto a su mujer y sus dos hijos semanas después de llegar allí.

Los Romá que volvieron tras el Porrajmos y que habían vivido la guerra en Hungría les quedó una existencia inserta en la miseria y la desesperación. Sus casas habían dejado de ser sus casas: “Confiscadas” por las SS o destruidas por efectos de las bombas. Todo resultó tremendamente difícil. Nada les salía bien. Todo el mundo se hallaba enfermo y debilitado. Cada uno de ellos tenía un halo de pena, de tristeza dentro de sus corazones o lo que es peor dañados física y mentalmente. Uno tras otro, la mayoría de los supervivientes, fueron muriendo en su desgraciada soledad.


Hasta 1945, los padres, Koloman y su hermano viiveron escondidos en los bosques de Alemania, Austria, Hungría y la antigua Checoslovaquia y así sobrevivieron al Porrajmos.

Documental donde se recoge el testimonio de Koloman Baranyai:
MRI HISTORIJA
Lebensgeschichten burgenländischer Roma

© Asociación Roma Service
Después de la guerra la familia se instaló primero en Heiligenkreuz y más tarde en Baden, cerca de Viena. Cuando Koloman tenía ocho años de edad sus padres se separaron. Su madre se vio obligada a dejar a sus dos hijos con una familia de granjeros, donde permanecieron hasta que Koloman cumplió los catorce años. Los dos niños tenían que ayudar en los trabajos de la granja y de cuando en cuando les permitían  asistir al colegio, pero esto ocurrió en ocasiones esporádicas.


Con catorce años Koloman regresó junto a su madre y comenzó a trabajar para una empresa de construcción. Pero las inquietudes de Koloman le hicieron no conformarse con este destino, su padre le había enseñado a tocar el violín, él sabía que la música era su verdadera vocación.

Koloman Baranyai en agosto de 2008

© Asociación Roma Service
Un día actuando en un espectáculo junto a los payasos, su mano quedó atrapada en una máquina y se cortó un dedo, ese hecho provocó que ya no pudiera seguir aprendiendo a tocar el violín.


Pero Koloman no se rindió y siguió persiguiendo su sueño musical, por ello comenzó a aprender a tocar la viola, pero a nuestro protagonista le resultaba muy difícil, por el desgraciado accidente que le había ocurrido, por ello también hubo de abandonar. Siguió intentándolo y con 19 años volvió junto a su padre y éste le enseño a tocar el contrabajo, aprendió y se convirtió en un extraordinario contrabajista.


Koloman Baranyai con su inseparable compañero

© Asociación Roma Service


En las décadas siguientes Koloman formó parte del grupo musical de su padre, junto a su hermano bastardo, interpretando numerosos conciertos en Austria y Alemania. También actuó en la película “Auszug der Schwaben" con Paul Hörbiger.

Koloman Baranyai siempre se ha sentido orgulloso de ser Romá, su estrecha relación con su lengua materna, el Romanés y su identidad como músico siguen inextricablemente entrelazados.

Fuentes:
- Lives Remembered. Life Stories of Victims of National Socialism. Renate S. Meissner on behalf of the National Fond der Republik Österrecih (Ed.): Viena, 2010, pp. 257-261.
- Extracto de la historia de vida de Koloman Baranyai tomado de una entrevista (realizada en Romanés) a partir de la documentación de testigos de la época "Mri Historjia. Historias de la Vida de los Romá del Burgenland" por la asociación "Roma Service".